dimarts, 16 de març del 2010

La otra cara

En mi particular montaña rusa emocional, hoy toca descenso. Después de bastantes días convencido (autoconvencido?) de que estábamos dando un paso adelante, hoy ya no lo tengo tan claro. Supongo que es normal pasar por esto y solo indica que hay que tener paciencia, pero la paciencia no es mi fuerte.

Después de prometernos veinte veces que esta tarde lo tendrían todo preparado para hacer los ensayos de la presentación, cuando hemos ido no había nada hecho. Peor aún: gran sorpresa por haber aparecido en la oficina. No estoy seguro de cuál es el problema. ¿Se trata de que en realidad hay algo que no saben hacer y no se atreven a decirlo como me pasó con el informático, o se trata de que no tienen ninguna intención de hacerlo y para no decirnos que no, nos dicen que sí?

Mi compañero de proyecto opina que si ellos nos piden que les ayudemos a hacer algo, lo hacemos, y luego ellos no quieren hacer su parte es su responsabilidad, son ellos quienes tienen que decidir cuándo y cómo quieren poner en práctica las ayudas que les damos. Yo no sé si estoy de acuerdo.

A riesgo de adoptar una actitud paternalista, me parece que si vemos que hay algo que no funciona, al menos que no funciona bajo nuestra perspectiva de las cosas, es porque quizás hay algo más que pudiéramos haber hecho para acercarnos o tal vez porque no hemos sido capaces de entender más en profundidad qué necesitaban. Cierto es que el esfuerzo de comunicación entre dos tiene que venir de ambas partes para que funcione pero siendo nosotros los que estamos en una posición “privilegiada” (al menos en lo que a efectividad se refiere, no necesariamente en otras cosas) me pregunto si no deberíamos intentar enfocarlo de otra manera más allá del: “me has pedido esto, aquí lo tienes, si no lo coges es tu problema”. O tal vez sí, y lo único que hay que hacer es tener más paciencia (y más tiempo).

En todo caso, mañana es nuestro último día con ellos y ya no podemos cambiar nada más de lo que podamos haber cambiado, si es que hemos cambiado algo. Espero que para mañana sí hayan hecho algo (les he escrito un mail muy amable al respecto) y en todo caso el chico de informática sí que veo que va avanzando (poco a poco, pero lo hace) lo cuál siempre es un consuelo. Dentro de un mes le enviaré un mail a ver cómo está el sistema de implantado…

En el fondo, ellos dirían que el problema lo tengo yo por poner deseos y esperanzas en lo que hago. Si solo hiciera mi trabajo como un deber y tuviera mis objetivos en otra parte no me llevaría estos chascos. Pero me parece que en esto no comparto –del todo-su visión de las cosas. Prefiero tener chascos, y tener fe en que las acciones positivas acaban a la larga generando buenos resultados, aunque nosotros ya no estemos ahí para verlo.

En fin, siento el rollo sentimentaloide de hoy. Os dejo con una foto graciosa de un templo ambulante que nos hemos encontrado hoy en la calle. Nos ha hecho pagar unas rupias para hacerle la foto, así que supongo que es como haber hecho una ofrenda! La foto del principio es de Shiva.

1 comentari:

  1. Et preguntaves si podies fer alguna cosa i la resposta depèn de si ho interpretes com una acció o una conseqüència de l'acció. Has treballat i has intentat ajudar, o sigui que sí que has fet alguna cosa. Per l'altra banda, possiblement no has canviat res, o això et sembla. Com diu el teu company, si ells no fan la seva part, la responsabilitat és seva. A ells segur que no els has fet canviar i quan marxis seguiran fent el de sempre. Al final, ells volien diners, no presentacions ni bases de dades ni jocs per crear equip. Però si molt no m'equivoco, alguna cosa ha canviat i, només per això, tot plegat haurà pagat la pena. O em diràs que torna el mateix Enric que va marxar? (i no, no ho estic plantejant des d'un punt de vista heraclitià).

    ResponElimina